Su identidad salesiana: Su origen es netamente salesiano porque desde sus inicios respondió a nuestro deseo de interioridad y de profundización de la vida espiritual. Para Don Bosco, la Eucaristía era uno de sus tres amores, junto con María Auxiliadora y el Papa. Siendo fieles a ellos es que surge este ícono. También en sintonía con el
sueño de las dos columnas que tuvo Don Bosco, nosotros nos posicionamos dentro de la barca de la Iglesia; navegamos en ella junto al Papa que la anima y gobierna. Anclada esta barca en las columnas de María y de la Eucaristía, el enemigo no puede vencerla. Identificándonos con este sueño, la Virgen de la Interioridad no es más ni menos que María Auxiliadora vista desde el corazón de sus hijos hacia el corazón de la Madre.
¿Por qué el nombre de Interioridad?: "La Virgen de la Interioridad es un Icono, y como tal es una imagen sagrada. Esta guarda una diferencia con las otras imágenes que tenemos en nuestros templos de cultura latina.
A estas últimas las denominamos imágenes religiosas.
¿Qué diferencia hay entre una imagen sagrada una imagen religiosa? El Icono es Luz. Así como la luz del Tabor iluminó a Pedro, Juan y Santiago, así el ícono viene a iluminar
nuestras sombras, nuestra oscuridad.
La técnica que se utiliza para pintar un icono es la del esclarecimiento, es decir, sacar de la oscuridad, la luz que se encuentra oculta en lo más profundo del alma.
En cambio, en la imagen religiosa, el artista expresa su talento y su mirada personal. En el ícono, el iconógrafo adapta su sensibilidad personal a la obra del Espíritu Santo y por eso
es la Iglesia misma quien lo consagra.
Así, el iconógrafo no puede pintar cualquier imagen, sino aquella que su starets (en las Iglesias de Oriente, es la persona dedica a la vida de oración y cumple la función de maestro
espiritual) le autoriza hacer. A él le debe obediencia y se debe dejarse guiar por su sabiduría.
De esta manera, el ícono-custodia de la Virgen de la Interioridad surge por una inquietud espiritual del padre Carlos Balmaceda (salesiano) y Silvia Corbalán (laica consagrada con votos
privados) en el año 2003. Siguiendo los consejos de un matrimonio ermitaño que se dedica a la iconografía, Luis y Norma Sobrecasas (viven actualmente en El Timbó, Tucumán), se
realiza este icono-custodia. Este matrimonio es quien rezó y escribió este ícono con la autorización de su padre espiritual. Este ícono se encuentra hoy en varios lugares de Argentina
y del mundo.
¿Por qué es un ícono-custodia?: Cuando hablamos de íconos, no debemos decir que se pintan sino que "se escriben", porque son Palabra de Dios hecha imagen. Bendecidos e integrados a la litugia, son mediaciones
sacramentales entre las personas representadasy los que las veneran e invocan.
Todo ícono siempre está unido a la Teología, a la Palabra de Dios y a la Liturgia.
Podemos concluir entonces que, el ícono de la Virgen de la Interioridad es una imagen sagrada que tiene todos los elementos propios de los iconos: rasgos, colores, posturas,
formas, etc.
Este icono puede ser venerado: se puede tocar, besar y apoyar la cabeza sobre él.
Se llama Virgen de la Interioridad porque nos invita a mirar a Cristo Eucaristía y a integrarlo a lo más profundo de nuestra alma. Nos llama a apagar nuestros sentidos exteriores
para activar los sentidos interiores, y de esa manera poder percibir ("no entender") la presencia de un misterio sobrenatural.
Este icono nos invita a decir como el ciego de Jericó (Lc 18,41): "Señor, que yo vea otra vez"; como la mujer hemorroísa (Mc 5,28) "Con solo tocar tu manto quedaré curada"; como la
mujer pecadora en silencio (Lc 7,37-38); como la samaritana (Jn 4,15) "Señor, dame de esa agua para que no tenga más sed"; como la multitud (Jn 6,34) "Señor, danos siempre de
ese pan"; como Pedro (Jn 7,68) "Señor, ¿a quién iremos?. Tú tienes palabras de Vida eterna".
María nos invita por medio de este icono y nos dice como en las bodas de Caná (Jn 2,5) "Hagan todo lo que él les diga".
Nos unimos a nuestros pastores y al Papa: El 19 de setiembre de 2005, el Obispo de San Rafael, Mons. Eduardo Taussig, le llevó como regalo al Papa Benedicto XVI, un icono-custodia de la Virgen de la Interioridad. Y el 26 de octubre de 2016, el p.Carlos Balmaceda y Silvia Corbalán, en la Audiencia General del Papa Francisco en Roma, le entregan un ícono-custodia como gesto de comunión eclesial y de vínculo fraterno con la figura del sucesor de Pedro.
Encuentro con el Papa